La formación permanente del profesorado se puede considerar al mismo tiempo un derecho y una obligación del docente.
Un derecho porque forma parte de las herramientas que se necesitan para realizar de forma profesional la labor de enseñar.
Y una obligación porque se puede entender que el usuario del docente merece recibir la mejor formación posible y para que esto suceda son necesarios muchos ingredientes, entre ellos, enseñar según las necesidades de formación que el alumno demanda.
Para que el proceso sea satisfactorio y conduzca al éxito educativo, es necesario que el docente busque estar siempre en formación permanente.
Una de las vías para conseguirlo es participar en Programas de Formación en Centros, elaborados por el Director junto con el Coordinador de Formación, Innovación y Calidad Educativa.
En ellos se solicita formación adaptada a las necesidades propias de los docentes del centro educativo, y en esta tarea que se pide en el Bloque V del curso, se presenta la siguiente propuesta de Plan de Formación en Centros.
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